Conocidos como criaturas dóciles y de movimientos lentos, los manatíes, también llamados vacas marinas, dan la impresión de paz y amabilidad y es difícil imaginar que puedan ser molestados. En realidad, tienen pocos depredadores naturales, lo que explica su comportamiento de ritmo lento. Sin embargo, en las últimas décadas, los humanos se han convertido en una amenaza real para los manatíes hasta el punto de que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) los catalogó como especies vulnerables.

Colombia es el hogar de una de las especies de manatíes más amenazadas. La subespecie de los manatíes antillanos: el manatí caribeño que vive en diferentes zonas de la Región Caribe Colombiana. A esta especie pertenecía Julieta, la manatí de 3,35 metros y 450 kilogramos asesinada por pescadores en Tasajera en Ciénaga Grande. Un caso que ha estremecido a la comunidad protectora de la especie en Colombia.

¿Por qué este caso es tan dramático?

El 5 de junio, la Corporación Autónoma Regional del Magdalena (CORPAMAG), entidad gubernamental encargada del manejo sostenible de los recursos naturales en la región del Magdalena, rescató a un manatí que quedó atrapado en las redes de los pescadores en el Parque Natural Tayrona. Esa era Julieta.

Julieta fue trasladada de inmediato a un centro especial de rehabilitación, donde un equipo de expertos de CORPAMAG y Parques Nacionales Naturales trabajó en su recuperación durante varias semanas. Bajo el asesoramiento científico de la Fundación Omacha y el Centro para la Conservación de Manatíes del Caribe (CCM), organizaciones que tienen casi 30 años de experiencia en programas de rehabilitación de manatíes, el equipo finalmente liberó al mamífero en el mar Caribe el pasado 7 de julio.

Lamentablemente, esta semana el país recibió una noticia muy impactante: mataron a Julieta. Pescadores inescrupulosos de la zona la secuestraron y torturaron. Para el momento en que CORPAMAG llegó al lugar, el animal estaba casi muerto y falleció mientras era transportado al centro de rescate. CORPAMAG encontró a la manatí hembra con un ojo sangrando, con heridas en el cuerpo de 15 centímetros de profundidad y el costado atravesado por un arpón.

Este no es un caso aislado, manatíes sin vida han sido encontrados en el pasado por las autoridades colombianas y hoy la especie está desapareciendo en el país. Aunque en Colombia los manatíes están legalmente protegidos por la ley 17 de 1981, la ley no siempre se cumple y, lamentablemente, la caza ilegal de manatíes sigue siendo una realidad. CORPAMAG viene sensibilizando a la sociedad sobre la importancia de proteger a esta especie vulnerable. La organización lanzó una campaña justo después de la liberación del animal para llamar a las embarcaciones a reducir la velocidad para evitar accidentes ya los pescadores a tener cuidado para que Julieta no caiga en sus redes.

SOS Animales Colombia y sus organizaciones aliadas rechazan la brutal matanza del manatí, un ejemplo típico de crueldad deliberada contra los animales. Según la UICN, esta especie de manatí se enfrenta a “un alto riesgo de extinción en estado salvaje en el futuro inmediato“, lo que hace que el caso de Julieta sea más aterrador.

SOS Animales Colombia insta a las autoridades colombianas a investigar los hechos y judicializar a los responsables y hace un llamado a la comunidad internacional a hacer seguimiento al caso de forma tal que este tipo de actos contra la fauna marina nunca vuelvan a ocurrir.

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